Óptico y dietista integrativa, puedes encontrar mi formación completa aquí.
‘La falta de respuestas a mis propios problemas de salud me llevó a especializarme en su abordaje integrativo.’
Comencé con problemas de salud funcionales muy jovencita.
La medicina actual se centraba en tapar el síntoma en lugar de resolver la causa.
La salud es como una mesa con muchas patas
y todas ellas son importantes para que nuestra mesa no cojee: alimentación, salud emocional, contacto con la naturaleza, relaciones sociales, actividad física… Cada profesional aportará su gratino de arena.
Empezar retirando lo que nos daña para después reparar y equilibrar.
Una buena alimentación y estilo de vida sin tóxicos son la base. No debemos empezar la casa por el tejado.
No existen los milagros ni las pastillas mágicas, pero haremos todo lo posible para que mejores.
Incluso con el tratamiento adecuado, la vida diaria y el entorno pueden jugar malas pasadas, puede haber recaídas, altibajos o tendremos que ir más despacio. Paciencia, sin prisa pero sin pausa.
Si ya estás en el camino, aprovecha! Es un gran aprendizaje de vida y resiliencia.
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Empezó como una ligera molestia y terminó siendo un ojo seco incapacitante, la brisa que se formaba al caminar me producía un dolor indescriptible, sentía como si mis párpados fueran una lija.
Pero bueno, que te voy a contar, si tienes ojo seco esta parte ya la conoces.
Las visitas en bucle al médico servían para creer que estaba loca, porque con 19 años no podía tener ojo seco, diagnósticos de toda clase, alergia, conjuntivitis bacteriana, vírica…
Ese verano había planificado un interrail con mis amigas, pensé que si no lo intentaba me arrepentiría toda la vida. Mi interrail duró exactamente 24h antes de que mis amigas me metieran en un tren de vuelta a casa, con mis ojitos llegando a su peor punto justo en lo alto de la torre Eiffel.
Aquí quedo claro que no me lo estaba imaginando, y empezó lo que yo llamo ‘protocolo pelota de ping pong’ o sea: dar vueltas por 200 especialidades porque nadie sabe qué hacer contigo.
Mil pruebas y todo sin asteriscos, muchos tratamientos sintomáticos que creaban una esperanza que nunca se cumplía, junto a un ‘No se puede hacer más’.
NOTA: La medicina integrativa, no tenía el boom que tiene ahora y de hecho a día de hoy sigue sin haber más especialistas integrativos en este campo.
El problema estaba claro: la INFLAMACIÓN, al no tolerar los inmunosupresores que me ofrecían estaba fastidiada. Pero había algo que no entendía:
Si tengo inflamación ¿Por qué no buscamos qué la está provocando?
En fin, mi vida tal y como la conocía se había acabado, no se podía hacer nada más y encima empeoraría con la edad.
Para mi, la vida es como un examen tipo test:
a) Quedarme como estaba y rezar porque inventaran algo que me salvara.
b) Quedarme como estaba y desperdiciar el resto de mi vida quejándome y llorando por la mala suerte que tenía.
c) Aceptar el marronazo que me había tocado y salir adelante como fuera.
Opté por la c).
Decidí que haría todo lo que estuviera en mi mano por mejorar.
Cambié de vida, de ciudad, leí todo lo leíble con mi mejores amigos: el traductor y el lector de voz, me convertí en mi conejillo de indias y aproveche mis estudios en óptica para empezar a especializarme en este campo.
De esto ha pasado mucho tiempo y a día de hoy mis ojos me permiten tener una vida, trabajar, utilizar pantallas e incluso grabar y editar videos para youtube!
Dediqué los años de universidad a estudiar el ojo seco en profundidad,
para lograr abordar mi caso con éxito.
Durante la pandemia comencé a tener diversos síntomas (acúfenos, vértigos, dolor de cabeza, mareos, taponamiento de oídos…) que parecían provenir del oído.
La atención médica era telefónica y sin una exploración estaba complicado diagnosticar lo que fue un:
Pasé un año con los ojos muy bien, pero con un estrés descomunal, sin actividad física, sobreviviendo a base de purés, con mucha medicación injustificada por diagnósticos incorrectos y por supuesto mucho tiempo sin diagnóstico ni tratamiento.
A día de hoy es un mal recuerdo que me da la lata en ocasiones y vivo bien con algunas limitaciones que quedaron tras el tratamiento, como no poder comer cosas muy duras.
Parecía que salía victoriosa hasta que una exposición a moho colmó el vaso y mi sistema inmune decidió coger vacaciones.
Cogí mi primera infección de orina con la mala suerte de que me habían pautado el doble de la dosis normal por accidente (y yo había decidido no leerme el prospecto para no sugestionarme).
Tras el segundo sobre de antibiótico…
Acidez 24h al día, en dos semanas perdí más de 10 kg y me quedé en 33kg , no toleraba la comida y lo poco que lograba comer lo vomitaba o se iba en forma de diarrea.
Hinchazón, gases, falta de energía, debilidad, anemia, amenorrea hipotalámica.
La niebla mental fué lo que más me asustó.
Recuerdo quemar 5 huevos seguidos porque se me olvidaba que estaba cocinando a pesar de no soltar el mango de la sartén.
Vuelta a empezar por 3 vez, no me lo podía creer, en 4 años, era estadísticamente imposible que me pasaran tantas cosas en tan poco tiempo.
La diferencia fundamental en este caso:
Tras las primeras visitas a digestivo y medicina en las que me recetaban omeprazol o me diagnosticaban anorexia, vi el patrón de las 2 ocasiones anteriores y me busqué la vida.
Es triste pero es así.
Di con la medicina integrativa, PNI… todo me parecía un sueño.
Tras comenzar a tener visitas con profesionales… No entendía porqué tampoco mejoraba, no toleraba los suplementos, reaccionaba a todo y todo me sentaba mal.
Digamos que mi caso era uno de esos con los que nadie se quiere encontrar.
Después de intentarlo con muchos profesionales, una vez más en modo supervivencia leí todo lo leíble y comencé a formarme en este campo. Hice algo que no se debería hacer: tratarme a mí misma.
Por suerte soy bastante autodidacta y tenía una base bastante amplia gracias a mi formación sanitaria y al tiempo que llevaba estudiando el abordaje integral del ojo seco.
Me estabilicé.
Resolví por completo el desastroso estado de mis mucosas, gané peso, mis analíticas dejaron de dar miedo, mis digestiones mejoraron hasta ser normales y dejé atrás los 10 eructos por minuto provocados por la hipoclorhidria y mis ojitos habían aguantado como campeones.
Todo iba bien hasta que el perfume de vainilla de una amiga me puso la cara como un tomate antes de que me diera tiempo a notarlo.
Con mi sistema digestivo, funcionando con normalidad, la desnutrición prolongada a la que había estado expuesta, pasó factura.
Por fin salió el pescado de porqué durante tantos años había reaccionado tan mal a los fármacos, la respuesta a mis alergias inexplicables y casualmente relacionadas con perfumes y lejía…
Tengo un polimorfismo genético que hace que detoxifique más despacio que la media y ante la enorme carga tóxica a la que había estado expuesta y la falta de micronutrientes, mi cuerpecito había dicho que no podía más.
Hacía años que en mi casa había control ambiental por el tratamiento de mis ojitos y habíamos pasado mucho tiempo aislados por el covid, por ello hasta que no volví a tener contacto con el exterior no me di cuenta de que la desnutrición, la exposición a moho y la cantidad de fármacos que me habían recetado habían dejado una buena carga tóxica en mi cuerpecito.
Fue un alivio y aquí además de empezar a formarme en salud ambiental logré terminar el croquis de mi vida, el porqué de tantas cosas inexplicables y porqué parecía una pupas para todo mi entorno.
La historia que te he contado tiene un
Actualmente mi estilo de vida es mi tratamiento y aunque mis hábitos no son negociables, tengo una vida normal.
Me dedico a lo que he descubierto que es mi pasión, trabajo con pacientes que como yo fueron desterrados por ser más reactivos que los demás.
Sigo siendo una pupas que vive la full experience, porque no es suficiente con estudiar la teoría, parece ser que tengo que vivirla para poder aprender las cosas que no se enseñan en los libros.
Comencé mis estudios cursando simultáneamente Audiología y Óptica y optometría.
Me especialicé en Sequedad ocular, el enfoque convencional no fue suficiente para mi caso y me tocó ir más allá.
Tras mis problemas de salud terminé estudiando Dietética y nutrición.
Soy una persona muy autodidacta y a pesar de haber realizado múltiples posgrados y formaciones, es la investigación que realizo día a día desde hace años la que me ha permitido llegar hasta aquí.
Aquí puedes encontrar parte de mi formación complementaria:
Regenera – CONFESQ – Nutribiótica – Teletest – IEEP – L.R.C – Deusto Salud – Osana – MYLO – COI – Feminaria – Hifas da terra – ISMET – Instituto dermocosmética
Optico Optometrísta (desde 1990) especialista en Optometría funcional personalizada:
Graduación ojo seco y S. Sjögren.
Filtros para fotofobia
Ritmos circadianos
Miopías elevadas
Montaje de principio a fin.
Adaptación de lentes progresivas
Contactología (Lentes de contacto)
Optico Optometrísta (desde 1990) especialista en Optometría funcional personalizada:
Optometría pediátrica
Rehabilitación visual
Contactología (Lentes de contacto)
Control de miopía
‘Buscamos escuchar al paciente y dedicarle el tiempo necesario para ofrecer una solución a su problema, los casos complejos necesitan una atención personalizada real’
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