Recuerdo quemar 5 huevos seguidos porque se me olvidaba que estaba cocinando a pesar de no soltar el mango de la sartén.
Vuelta a empezar por 3 vez, no me lo podía creer, en 4 años, era estadísticamente imposible que me pasaran tantas cosas en tan poco tiempo.
La diferencia fundamental en este caso:
Tras las primeras visitas a digestivo y medicina en las que me recetaban omeprazol o me diagnosticaban anorexia, vi el patrón de las 2 ocasiones anteriores y me busqué la vida.
Es triste pero es así.
Di con la medicina integrativa, PNI… todo me parecía un sueño.
Tras comenzar a tener visitas con profesionales… No entendía porqué tampoco mejoraba, no toleraba los suplementos, reaccionaba a todo y todo me sentaba mal.
Digamos que mi caso era uno de esos con los que nadie se quiere encontrar.
Después de intentarlo con muchos profesionales, una vez más en modo supervivencia leí todo lo leíble y comencé a formarme en este campo. Hice algo que no se debería hacer: tratarme a mí misma.
Por suerte soy bastante autodidacta y tenía una base bastante amplia gracias a mi formación sanitaria y al tiempo que llevaba estudiando el abordaje integral del ojo seco.
Me estabilicé.
Resolví por completo el desastroso estado de mis mucosas, gané peso, mis analíticas dejaron de dar miedo, mis digestiones mejoraron hasta ser normales y dejé atrás los 10 eructos por minuto provocados por la hipoclorhidria y mis ojitos habían aguantado como campeones.
Todo iba bien hasta que el perfume de vainilla de una amiga me puso la cara como un tomate antes de que me diera tiempo a notarlo.